por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
Es
hora de dormir y me he acostado
en
confortable y ciega oscuridad.
Me
percibo a mí mismo un ser aislado,
perplejo
de la externa inmensidad.
«¿Por
qué tendrá un Final la Realidad?»,
me
pregunto del todo desnudado,
imitando
la pose sin edad
de
Buda en su antebrazo recostado.
Medito
con la mente adormecida
en
el ser y el no ser de un Universo
que
a todo cuanto crea lo destruye.
Y
mientras la conciencia al sueño fluye,
resumo
el Universo en sólo un verso:
«Laberinto
Infinito sin salida.»